Pocos personajes históricos o contemporáneos son tan controversiales y generan tanta pasión -incluso fanática-, a favor y en contra, como Osho. Lo que es innegable, es la persistencia y permanente penetración de su discurso y mensaje a través de cientos de libros que puedes encontrar en cualquier aeropuerto, estación de autobuses, tiendas de departamentos y librerías. Un dato interesante es que él jamás escribió un libro. Todos los que circulan libremente son transcripciones de sus conferencias públicas, discursos y enseñanzas a sus discípulos. Son tantos los libros que pueden encontrarse, que es difícil saber a estas alturas, si todo lo que circula bajo su nombre son en realidad discursos originales. Si añadimos a esto que muchos libros son compilaciones de discursos de diferentes épocas en los que aparentemente toca el mismo tema, pero donde el sentido inicial puede cambiar sustancialmente al sacarlos del contexto original. Por otra parte, muchas ediciones toman los temas más ligeros o políticamente correctos, colocando estos libros en las secciones de auto ayuda y superación personal ya totalmente descafeinados…
Suele decirse de Osho: Lo odias o lo amas, pero difícilmente te deja indiferente. Por esto, por prejuicios, miedo o aversión algunas personas prefieren ni siquiera leer alguna de sus charlas, privándose de la oportunidad de enriquecer su propia visión personal, independientemente de que coincidas o disientas con él, en algo, en todo o en nada…
Por supuesto se han financiado enormes campañas para descalificarle, incluyendo series de televisión, donde como es común, se sacan de contexto y tergiversan entrevistas, imágenes o la muy cuestionable actuación de algunos de sus seguidores.
Sin embargo, es innegable su enorme aportación al pensamiento crítico contemporáneo, dado que cuestiona de raíz las bases mismas en las que la civilización está establecida. Evidentemente, a algunas personas esto les parece un despropósito, una locura, pero en realidad es muy sencillo tener hoy día una valoración crítica de nuestra “civilización y cultura”, dados sus inéditos y tristemente medibles resultados que padecemos: hambre, guerras, destrucción de la naturaleza, culto al dinero… Como decía Krishnamurti: No puedes adaptarte a una sociedad enferma.
Osho usó, actualizó y refrescó el enorme caudal de técnicas, sistemas y sabiduría de todos los tiempos, de toda tradición, de múltiples filósofos y místicos, de muchas culturas diferentes, para hacerlos asequibles al pensamiento contemporáneo. También diseñó nuevas técnicas de meditación que respondieran a la agitada mente de la cultura occidental.
Leer los libros de Osho es imprescindible, pero más allá de leer crónicas, reseñas y series televisivas sobre Osho, una forma realista de acercarse y comprender un poco más de su visión, es experimentando las diferentes técnicas de meditación que utilizó a lo largo de su viaje por la tierra…